Última modificación: 2018-08-06
Resumen
Existe mucho desconocimiento sobre los diferentes modelos de acreditación que se proponen para los programas de educación y cuya finalidad es mejorar la calidad de la educación que imparten los estos programas.
Muchas universidades comienzan largos y costosos procesos de acreditación con poco conocimiento y certidumbre sobre las implicaciones que el proceso tiene y si los resultados que se obtendrán al seleccionar uno u otro modelo mejorarán la calidad de la educación. Es decir si la calidad del programa efectivamente se verá afectada por la acreditación.
Si revisamos todos los modelos de acreditación para los programas académicos podemos clasificarlos en dos grandes tipos; uno basado en la calidad de los procesos y otro basado en la calidad de los productos. Evidentemente ambos modelos tienen relación pues un buen producto requiere de un buen proceso para que este sea repetible y la calidad no sea fruto del azar o de condiciones excepcionales. Pero un buen proceso no es condición suficiente para garantizar la calidad del producto y en el caso de los programas académicos, el producto es la formación de los estudiantes.
Cuando hablamos de una acreditación basada en procesos nos referimos fundamentalmente a modelos de acreditación como el utilizado por el CNA (Consejo Nacional de Acreditación) en Colombia o al usado por Mercosur (ARCUSUR). Por otro lado están los modelos de acreditación basados en resultados como lo son el modelo de ABET (Acreditation Board of Engineering and Technology) y el reciente modelo de acreditación de la Unión Europea (EUR-ACE), que basa no solo en procesos sostenibles y repetibles, así como en la medición y evaluación de los resultados, es decir los objetivos educativos del programa y las competencias de los estudiantes.
En el medio es bien conocido el modelo del CNA que durante casi 20 años se ha utilizado en Colombia, por otro lado algunas pocas universidades se han acreditado con ABET, pero este modelo es aún poco conocido. Los otros modelos, derivados o similares a estos, son casi desconocidos y apenas comienzan su difusión y su validación internacional.
El modelo del CNA tiene la ventaja de ser un modelo único que acredita todos los programas de todas las disciplinas. El modelo de ABET y el de EUR-ACE se enfoca en acreditación específica de Ingenierías y esta es una de sus fortalezas.
En este artículo pretendemos recorrer básicamente los dos grandes modelos y mostrar las ventajas y los inconvenientes con relación a la calidad de la educación de cada uno.