El desarrollo y/o crecimiento de un contexto productivo es consecuencia de un proceso en el que intervienen factores tanto exógenos como endógenos.  Así, la complementación de estos elementos -estable y equilibradamente- facilitaría dentro de la estructura de los mercados de una región el desarrollo y la expansión de su economía.   El tejido de relaciones que posibilitan la retroalimentación y el balanceo de estos factores exógenos y endógenos se evidencia en la conexión centro-periferia entre distintos territorios y la distancia, la movilidad, el cambio de bienes y servicios, la infraestructura y la tecnología históricamente han argumentado, en esta relación, el desplazamiento de los sistemas productivos hacia las zonas urbanizadas.

Centro y periferia son términos que se refieren a relaciones, procesos y la forma en que se modela la estructura espacial. Los procesos de centro y de periferia serían relaciones opuestas pero complementarias en una economía capitalista globalizada. La relación básica entre centro y periferia es, entonces, de interdependencias donde las evidencias generalmente muestran que los centros suelen concentrar los beneficios de esa relación frente a las periferias.

Ello nos plantea la necesidad de analizar cuáles son aquellas circunstancias o elementos que posibilitan o –por el contario perjudican- una relación donde ambos territorios puedan beneficiarse equitativamente, e inclusive uno que hoy sea periferia también pueda ser centro y promover un desarrollo más armónico de las regiones donde se inscriben. Sin embargo, las evidencias muestran que también existirían varios obstáculos para la concreción de mecanismos visibles que posibilitan una trayectoria continua y progresiva desde la periferia al centro y relaciones de mutuo beneficio entre los territorios.

No está claro si el nuevo escenario mundial está generando una nueva versión de relaciones asimétricas en que los centros podrán consolidar su hegemonía y seguir acrecentando las distancias económicas y la concentración de beneficios frente a las regiones periféricas.

Lo que sí resulta evidente es que el acceso a la información en cantidad, tiempo y forma, es uno de los principales problemas de retroalimentación y crecimiento interviniente en el binomio centro-periferia.  La escasa información a la que acceden las economías periféricas contribuye al aumento de la incertidumbre y el riesgo, genera distorsiones en la toma de decisiones, y provoca la incapacidad del mercado en proporcionar en forma eficaz el capital requerido por el demandante (equilibrio de mercado) entre otros efectos.

Si la información es un factor de importancia en esta dinámica de productividad y competitividad, ¿qué sucede cuando en los mercados se presenta una distribución desigual de la información disponible? ¿Qué relaciones se podrían desencadenar dentro y entre los centros y las periferias a partir de estas incertidumbres?, y ¿cómo ello afectará a la productividad de estos territorios? Qué estrategias y decisiones podrían, desde la generación, manipulación, acceso, distribución y ciculación de la información, menguar las asimetrías entre centros y periferias, en procura del desarrollo territorial?