La flexibilidad en los programas de educación superior se implementa con el propósito de lograr una formación integral, brindarle al estudiante de acuerdo con sus potencialidades y expectativas, un conocimiento disciplinar que le permita entender y transformar sus contextos.

La flexibilidad, se ha constituido en un estandarte de calidad para las instituciones de educación superior, es un concepto que reta el diseño y desarrollo curricular en ingeniería, dado que el inventario de contenidos de formación que define un programa curricular moderno es extenso, partiendo desde los conocimientos de las áreas de ciencias básicas, hasta los desarrollados en las asignaturas de las áreas de Ciencias Básicas de Ingeniería e ingeniería Aplicada.

La apertura a nuevos métodos, modelos y prácticas, sin restricciones dogmaticas en la que emerjan las divergencias y las potencialidades de cada estudiante; es una apuesta a la flexibilidad curricular, que busca reconocer las relaciones entre los estudiantes y el docente, la adhesión a las reglas del discurso racional comprobando su validez en situaciones pragmáticas y como estrategia para reconocer y transformar su propia realidad.  Apuesta que la han asumido los programas de ingeniería en el país, en algunos casos, producto de reflexiones académicas consensuadas y planeadas, y en otros tantos, producto del ensayo y error, de los cuales tenemos lecciones aprendidas, son aciertos o desaciertos, en busca de generar en el estudiante de ingenierías la capacidad de análisis de los problemas del contexto, el desarrollo de la creatividad e innovación tecnológica, la implementación de metodologías de diseño técnico, y la formulación, evaluación y puesta en marcha de proyectos ingenieriles.

La generación de conocimiento, a finales del siglo XX y lo que va del presente, en cada una de las áreas de conocimiento que configuran un programa curricular moderno, desbordan el tiempo finito de cinco años que se dispone las instituciones de educación superior para que un egresado logre la capacidad e idoneidad del ejercicio de la profesión de ingeniero.

Un programa curricular es la concreción de diferentes elementos que lo construyen, se establece un concepto sistémico y abierto que incluye flexibilidad tanto académica, como pedagógica, curricular y administrativa. En este sentido, la implementación de la flexibilidad en uno o varios los elementos anteriores, y dejando rigidez en las demás, puede desdibujar el concepto de flexibilidad y genera un sistema de incoherencias que impactan negativamente.

En el presente artículo, se plantea una reflexión en torno a la flexibilidad, teniendo como punto de partida el concepto mismo, desde las diferentes dimensiones e implicaciones, para posteriormente confrontarlo frente a las realidades de los programas de ingeniería, y como estudio de caso, la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia, en tanto nos encontramos con diversas dicotomías y discusiones. Y Finalmente se plantean algunos elementos prácticos que posibilitaría llegar a una flexibilidad en términos de transformación e innovación curricular.