Por décadas, la enseñanza de la ingeniería en el mundo entero se ha realizado bajo un sistema de educación tradicional que hoy es completamente obsoleto y que en cierto modo ha influido en la calidad de los productos y servicios de la ingeniería. El error que hoy cometen las escuelas de ingeniería es seguir implementando una metodología de enseñanza donde la componente práctica es un porcentaje mucho menor que la componente teórica y además esta componente práctica está basada netamente en replicar los resultados teóricos de los libros de ingeniería, en muchos casos también obsoletos, o en la repetición de ejercicios didácticos semestre tras semestre sin ningún aporte a la resolución de problemas prácticos de la vida real. Esto ha hecho que la formación de ingenieros en la escuela tradicional se asemeje a un proceso industrial para la producción de enlatados y donde los cánones de enseñanza son los mismos que para cualquier otro campo del conocimiento racional. La visión moderna de la formación de ingenieros para el mundo actual debe centrarse en la siguiente sentencia: "El estudiante de una escuela de ingeniería no viene a estudiar ingeniería, viene a hacer ingeniería." Bajo esta premisa, en este trabajo se presentan los aspectos fundamentales y los resultados de la aplicación de una metodología para la formación de ingenieros que se basa en tres elementos o pilares primordiales para el éxito de esta metodología. La CREATIVIDAD, elemento que va de la mano con la innovación en los productos finales de ingeniería, la MOTIVACIÓN, que actúa sobre las emociones, motor principal para el desarrollo de la ingeniería y ejerce una influencia importante en el cambio de actitud frente al aprendizaje y al desarrollo posterior de esta actividad a nivel profesional y la EXIGENCIA, elemento que determina la calidad tanto de la formación del estudiante como del producto final de la actividad ingenieril. El seguimiento y dedicación adecuados a cada uno de estos pilares sin detrimento de alguno en beneficio de otro, logra un balance entre la formación técnica, emocional y moral de cada individuo. De esta manera se consigue lo más cercano a lo que llamamos educación integral.