La esencia de la ingeniería industrial es el mejoramiento de procesos. Diversas técnicas han sido desarrolladas: ingeniería de tiempos y movimientos, modelos matemáticos para optimización, lean manufacturing, BPM, entre otras. El objetivo de éstas, es mejorar los resultados de los procesos, midiendo los mismos a través de la eficiencia, la productividad, la calidad, etc.

Una de las características de estas técnicas es su enfoque al mejoramiento de las relaciones entre los recursos que intervienen en los procesos: maquinaria, material, información, instalaciones y personas. Y los logros son importantes en cuanto al mejoramiento de los mismos logrando aumentar su eficiencia y productividad; sin embargo en los resultados obtenidos se evidencia que el factor humano presenta una complejidad desde la perspectiva cognitiva que no ha sido estudiada y cuyo análisis supone una oportunidad de analizar desde perspectivas adicionales los procesos y las relaciones entre los diferentes factores.

Es así como surge la oportunidad de incluir la ingeniería cognitiva en el análisis de los procesos, con el fin de entender y analizar la relación de las personas con su entorno de trabajo desde el punto de vista de los procesos mentales, y la manera como recibe y procesa la información para la toma de decisiones. Surgen entonces herramientas como Cognitive task analysis, o fiabilidad humana para identificar desde lo cognitivo, oportunidades de mejoramiento para disminuir y medir el error humano en las tareas realizadas.

Dos casos de éxito han sido desarrollados aplicando esta metodología en Supply Chain, en áreas de servicio al cliente y centros de distribución, encontrando otras formas de analizar y encontrar oportunidades de mejoramiento para la disminución del error humano en los procesos, que representan una nueva perspectiva de formación de ingenieros industriales.