Última modificación: 2014-08-21
Resumen
El fenómeno sociológico que se ha denominado popularmente “crisis ambiental”, asociado con fenómenos como el cambio climático, adelgazamiento de la capa de ozono, erosión del suelo, extinción de especies etc., no es otra cosa que una crisis de la racionalidad de nuestra especie [1]. De esta forma es necesario repensar las herramientas con las que abordamos y comprendemos los problemas. Por ello se hace importante desarrollar en los estudiantes de Ingeniería Ambiental una visión sistémica para no caer en la irracionalidad ambiental.
La complejidad es una característica de los sistemas que puede ser estudiada desde diversas Metodologías. El estudio de los sistemas complejos es el estudio de la dinámica y el poder creativo de las interacciones en un sistema. Es esta la razón por la cual se estudia, en sistemas complejos, las realimentaciones, los equilibrios, la estabilidad (dinámica del sistema), además de las propiedades que la interacción entre las partes hace emerger y que son distintas a las propiedades de las partes (emergencias). El medio ambiente es el ejemplo vivo de un sistema complejo que se auto-produce y que se auto-organiza, basado en retroalimentaciones que, además, le hacen productivo, pues todo en la naturaleza es cíclico.
Dado el contexto anterior se puede decir que el ingeniero ambiental requiere de herramientas orientadas a la comprensión de las implicaciones de las actuaciones del ser humano, enmarcándose en un riguroso estudio de sistemas complejos. En este trabajo se pretende mostrar la metodología con la cual se está enseñando la complejidad ambiental en la formación de ingenieros ambientales desde la perspectiva del modelamiento y simulación de problemas ambientales con la metodología de dinámica de sistemas.
La Dinámica de Sistemas es una metodología desarrollada por el ingeniero Forrester del Massachusetts Institute Technology (MIT) presentada en sus obra [3]. En dinámica de sistemas, se concibe cualquier aspecto del mundo como la interacción causal entre atributos que lo describen. De esta forma, se construyen representaciones sistémicas con flechas y puntos, denominadas diagramas causales, que capturan todas las hipótesis propuestas por el modelador. Finalmente se construye un sistema de ecuaciones diferenciales que permiten realizar la simulaciones del problema abordado, las cuales permiten visualizar distintos escenarios desde los que se puede aprender del sistema para intervenir sobre el en el ejercicio de decisión [4].
De ahí la importancia de estas herramientas para dotar a nuestros estudiantes de mayor comprensión con el fin liberarlos del vago juicio de valor que solemos utilizar sobre las decisiones importantes, basándonos en opiniones que provienen de una comprensión que no ha sido sometida a la discusión de distintos escenarios posibles, pero también conducir a nuestros estudiantes a la posibilidad de llevar a cabo simulaciones que evitan el sesgado enfoque de ensayo y error.
Leff, E. (2002). Hacia una pedagogía de la complejidad ambiental II. Del mundo complejo al pensamiento complejo.
Aracil J., Gordillo F. (1997). Dinámica de Sistemas, Alianza Editorial S.A. Madrid.
Forrester J. (1999). Industrial Dynamics. Pegasus Comunications, Inc. Waltham