La tendencia de la formación de ingenieros requiere un cambio de paradigma vinculado hacia la resolución de problemas con responsabilidad social. El proceso formativo debe hacer enfasis en el desarrollo de habilidades profesionales, entre otras: flexibilidad ante los cambios; apertura a la innovación tecnológica; habilidades investigativas; respeto a criterios; cuidado y protección del medio ambiente; valores morales y valores estéticos. El estudio que se presenta es el resultado de 12 años como docente en la formación de ingenieros. La aplicación continua de estrategias y  herramientas como el mapa mental ha contribuido para que la mayor parte de estudiantes presenten evidencias del desarrollo de su  creatividad y pensamiento irradiante como habilidades de base. El mapa mental fue aplicado tanto para la construcción conceptual como para el diagnóstico y búsqueda de soluciones frente a diversos problemas de la ingeniería de manera individual y grupal. Los resultados de aprendizaje demuestran la efectividad en la preparación del estudiante para la identificación de problemas, desarrollo del pensamiento crítico y apertura mental; permite conocer diferentes temas y adquirir nueva información generando respuestas creativas e innovadoras,  a la vez el desarrollo del pensamiento asociativo facilita la habilidad de proyección intímamente ligada a la investigación  como habilidades prácticas para identificar y relacionar los problemas de forma sistémica. El estudiante se convierte en más sensible, más humano al formular,  probar, ensayar,  modificar y  comunicar resultados.